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Cada vez que nos preocupamos, le damos muchas vueltas a la cabeza para ver qué es lo que nos ayuda a encontrar la "solución", a eso, y que además, nos convenza que es la mejor opción.
Pero, cuando nos ocupamos, sentimos que tenemos ya la solución, o por lo menos, algún plan para solucionar el problema, y eso nos ayuda a poder descansar, porque estamos trabajando en resolverlo.
¿Qué sientes cuando estás preocupado? ¿Y qué sientes cuando estás ocupado? ¿Encuentras alguna diferencia?
Casi siempre al preocuparos sentimos miedo, angustia, desesperanza, etc. Estas emociones nos pueden llevar a la parálisis, o a reaccionar sin pensar.
Pero cuando nos ocupamos, sentimos una energía de resolución, de afrontación, de capacidad, podemos llegar a ver lo que sucede como un reto, lo que nos ayuda a actuar con un propósito, un sentido, con un valor.
Así que, ahora, puedes tener la opción de elegir entre ocuparte y preocuparte.
Algunas veces puedes ocuparte y buscar la solución, o podrás preocuparte y no podrás salir de ahí, debes de entender el balance y equilibrio que te ayude.