Amarte a ti mismo comienza con tus hábitos diarios, piensa en las personas en tu vida que amas y respetas. ¿Cómo los tratas?. Eres amable con ellos, paciente con sus pensamientos e ideas, y los perdonas cuando cometen un error. Les das espacio, tiempo y oportunidad; te aseguras de que tengan espacio para crecer porque los amas lo suficiente como para creer en el potencial de su crecimiento. Ahora piensa en cómo te tratas a ti mismo. ¿Te das el amor y el respeto que podrías dar a tus amigos más cercanos o a tu pareja? ¿Cuidas tu cuerpo, tu mente y tus necesidades?, hay que aprender a quererse.
Estas son todas las formas en las que podrías mostrar amor propio a tu cuerpo y mente en tu vida cotidiana: como el dormir bien comiendo sano, darte tiempo y espacio para entender tu espiritualidad. Hacer ejercicio regularmente, agradecerte a ti mismo y a los que te rodean, jugar cuando lo necesites; trata de evitar vicios e influencias tóxicas reflexionando y meditando. ¿Cuántas de estas actividades diarias te permites? Y si no, ¿Cómo puedes decir que realmente te amas?. Amarte a ti mismo es más que un estado de ánimo, también es una serie de acciones y hábitos que incorporas a tu vida cotidiana.
La razón por la que amarte a ti mismo es tan difícil es que la mayoría de nosotros somos inherentemente negativos.
Después de todo, los miedos y las preocupaciones son necesarios para protegernos.
Pero este mecanismo de supervivencia puede funcionar en nuestra contra, razón por la cual puedes estar experimentando dudas y autocríticas en este momento.
¿Entonces que puedes hacer?
Bueno, debes darte cuenta de que, si bien tus pensamientos no necesariamente se pueden cambiar, puedes dejar de creerlos y comenzar a vivir de una manera saludable para tener buenos resultados en combinación.