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Los gladiadores consumían una dieta distribuida en tres comidas muy copiosas con una clara finalidad.
El elevado consumo principalmente de cebada, también de trigo y habas parecía darles un excedente de energía que se almacenaba en sus cuerpos en forma de grasa subcutánea.
El pescado y el marisco no era algo habitual en su dieta, aunque algunas fuentes señalan que se llegaban a consumir estos alimentos muy de vez en cuando, sobre todo si geográficamente estaban en una ciudad costera o con acceso a este tipo de comida.
Los gladiadores completaban su dieta con un brebaje de tono oscuro.
Al carecer de batidos de proteínas, los luchadores se nutrían con una mezcla de cenizas de plantas , vinagre y huesos de animales molidos, cuya finalidad era suplementar el calcio que no obtenían con los alimentos que ingerían.
Este es el resultado después de analizar huesos de gladiadores encontrados en un cementerio de Turquía.