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En la dieta se debe incluir hierro y ácido fólico, una vitamina del grupo B que puede prevenir defectos del cerebro y la médula espinal del bebé. La dosis recomendada es de una tableta diaria de 5 miligramos, aunque la OMS recomienda 400 microgramos, ya que una porción se pierde en ciertos procesos como la digestión, también se aconseja que la futura madre constate su grupo sanguíneo. Una visita al médico servirá para realizar un cuestionario exhaustivo con el fin de examinar si existen riesgos asociados al embarazo, como obesidad, diabetes, enfermedades congénitas familiares, entre otros.
Se cree que la ingesta de ácido fólico antes y durante el primer trimestre de embarazo, además de prevenir defectos congénitos, también ayuda a reducir las probabilidades de que la madre desarrolle Alzheimer en un futuro. Conviene tener en cuenta varios factores antes y después del embarazo, para que la vida de la madre y el hijo no corra riesgo alguno.