Ante este panorama es importante documentarnos con datos de instituciones serias, que brinden información que sea verdadera y al mismo tiempo generen un aprendizaje a la sociedad para no caer en el consumismo, ya que éste puede dañar nuestra calidad de vida, salud, economía, entre otras. Cuando se habla de la esfera individual, el consumidor debe percatarse que cada acto de consumo afecta o beneficia la calidad de vida y los recursos con los que cuenta.
Los hábito de consumo en la esfera social no habla de una actividad eminentemente social, y por tanto, las consecuencias forzosamente trascienden a la esfera individual. En una economía de mercado, además, el consumidor fomenta o censura con sus decisiones a los proveedores. Asimismo puede colaborar con otros para lograr mejores decisiones de consumo.