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Normalmente el recto, la última porción del intestino grueso, se encuentra vacío y los esfínteres anales cerrados, pero cuando se llena de heces por efecto de los movimientos en masa y sus paredes se distienden, el estímulo mecánico alcanza al sistema nervioso central, produciéndose una respuesta de contención o permiso. El ano tiene dos esfínteres que detienen o permiten la salid de las heces, uno interno y otro externo que puede controlarse voluntariamente. A veces, aunque el cuerpo demanda ir al baño, reprimimos el reflejo de la defecación y éste se disipa al cabo de unos minutos; sin embargo, las personas que realizan esto con frecuencia pueden acabar sufriendo de estreñimiento.
Es completamente normal tener desde tres evacuaciones al día, a solo tres a la semana. Una frecuencia menor puede tratarse realizando cambios en la alimentación (como incrementando la cantidad de fibray agua en la dieta) y el nivel de actividad física a la vida diaria.