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Cada vez más estudios indican que las habilidades sociales-emocionales, como la colaboración, son la base para el desarrollo personal. Uno de estos estudios, analizó la relación entre estas habilidades de los niños y su bienestar como adultos jóvenes. Esta investigación comenzó estudiando a un grupo de niños de preescolar y los maestro calificaban diversas capacidades, como compartir y escuchar a los demás. empleando una escala del 1 al 5. El estudio se prolongó y dio seguimiento a los estudiantes durante casi dos décadas, al terminar, el resultado fue que, por cada punto adicional que los niños obtuvieron en la escala de cinco puntos, era que 54% más probable que se graduarán del bachillerato, el doble de probale que obtuvieran un título universitario, 46% más probable que consiguieran un empleo de tiempo completo a los 25 años.
Los niños que no poseen habilidades sociales positivas pueden experimentar el aislamiento y el rechazo. Además, ser socialmente competente cobra una importancia fundamental para su adaptación al medio en el que vive, así como para su futuro.