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Escuche con atención las cosas que expresa su hijo, hágale preguntas para demostrarle que lo está escuchando y que le interesa lo que dice. Es importante que no los adjudique adjetivos como desordenado, flojo o grosero; hágale saber que no le gusta su conducta, pero exprese la esperanza que tiene de que la cambiará. No lo regañe ni lo ridiculice delante de otras personas o amigos, intente hacerlo de manera discreta y reservada.
Es importante felicitar a su hijo por todos sus logros y su buena conducta, pues no solamente hay que señalarle lo que hace mal. Exprese la satisfacción que le causan sus buenas obras, realice actividades para las cuales su hijo tiene una habilidad especial y anímelo para que las utilice. Finalmente disponga de tiempo suficiente para jugar con él, ayudarle a hacer sus tareas o realizar deporte juntos.