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Los estiramientos de yoga y la respiración pueden relajar tu cuerpo y mejorar el flujo sanguíneo, lo cual podría ayudarte a aliviar dolores. Este movimiento que abre la cadera (llamado pose de ángulo inclinado) es muy terapeútico: dobla unas mantas a lo largo y siéntate en la base de una de ellas, viendo hacia el lado opuesto de la manta, con el trasero apoyado en el piso. Junta las plantas de los pies y recuéstate hacía atrás. Relájate y respira.
El control de la respiración en el yoga se llama Pranayama y es una importante herramienta de relajación, desacelerátu pulso y alivia la ansiedad. Haz esto durante la clase para que te sea más fácil pasar la fase de savasana. Cuando llegues a la última pose, recuéstate y exhala por completo. Luego inhala una vez más rápida y profundamente. Aguanta la respiración cuatro tiempos, luego exhala en dos. Repítelo cinco veces.