Promueve el desarrollo sensorial y cognitivo, además de proteger al bebé de enfermedades infecciosas y crónicas. La lactancia natural exclusiva reduce la mortalidad infantil por enfermedades de la infancia, como la diarrea o la neumonía y favorece un pronto restablecimiento en caso de enfermedad. La lactancia natural contribuye a la salud y el bienestar de la madre; ayuda a espaciar los embarazos; disminuye el riesgo de cáncer ovárico y de mama; favorece la reducción de peso y genera una sensación de bienestar, ya que el cuerpo produce beta-endorfinas, similares a las que se generan al hacer ejercicio.