En fechas reciente se ha vuelto popular la recomendación del consumo de probióticos, ya sea para mejorar la salud o aminorar los síntomas de alguna patología. Sin embergo, cabe la inquietud si para una persona sana también puede resultar beneficioso el consumo de estos microorganismos. Entre los efectos más estudiados y reconocidos por parte de estas bacterias, podemos encontrar que pueden ayudar a disminuir la diarrea, prevenir ciertos tipos de cáncer, estimular el sistema de defensa del organismo, disminuir los síntomas de estreñimiento y de la intolerancia a la lactosa, así como favorecer el equilibro de la flora intestinal.
A pesar de no padecer alguna enfermedad o malestar una persona puede obtener varios beneficios por incluir en la dieta diaria alimentos que contengan estos pequeños seres.